Palabras Castizas del ROLO : Patrimonio Inmaterial Colombiano

Hablar del patrimonio cultural del bogotano, también es hablar de su gente, de esas palabras castizas santafereñas y de esa pronunciación rola de finales del siglo XIX y comienzos del XX, que hacen parte de la esencia del cachaco. En septiembre el objetivo es rescatar esas palabras y costumbres porque es el mes del patrimonio. Ala, antes éramos cachacos, decíamos carachas que vaina tan interesante!. ¿Qué hay de tu vida, cómo te ha ido?. Eso era auténticamente bogotano, ¡Ala mi china, mi rey mi reina!. Son frases del típico cachaco que no deberían perderse por culpa de la invasión de otras culturas en la capital”, asegura Hernando Arias, de 76 años y bogotano de pura cepa. Bogotá era la Atenas Suramericana, una ciudad con sombrero, de buen vestir oscuro, elegante y refinada, que iba a misa, a corridas de toros y entre su léxico usaba palabras como chirriado, chusco y carachas. “El cachaco de nosotros era vestir muy bien, de sombrero, gabardina, chaleco, corbata y hasta paraguas”, recuerda Misael Cobos, un bogotano de la tercera edad quien los últimos años los ha dedicado a recordar con nostalgia esos años de cachaco desde una de las bancas del parque Santander, en el centro de la capital. Pero no solo costumbres y palabras cachacas son memoria viva del rolo. Su riqueza gastronómica y arquitectónica no se puede olvidar.“A nosotros nos gustaba ir a Monserrate a tomarnos nuestro tamal con chocolate. Era una tradición muy bogotana, que deberíamos incentivar. También nos gustaban la morcilla, el chicharrón; ni qué decir de la changua al desayuno”, recuerda Juan de Jesús Mora.
Patrimonio cultural de Bogotá también lo son Monserrate, la Plaza de Bolívar, La Candelaria, el ajiaco santafereño, la changua, el tamal con chocolate y las tradicionales onces, que por lo general eran aguadepanela con almojábana. El propietario de uno de los restaurantes más tradicionales de Bogotá describe cómo en la “Antigua Santa Fe, sabores de antaño” prepara el plato cachaco más típico de la ciudad. “Al ajiaco santafereño lo hace especial las guascas; lleva mazorca, pollo, alcaparras, papa criolla y sabanera, y crema de leche, acompañado por arroz y aguacate”, asegura Julio Rojas, bogotano propietario de la “Antigua Santa Fe”, restaurante ubicado a una cuadra de la Plaza de Bolívar. Para rescatar esas costumbres y tradiciones en Bogotá y para que se conserve en la memoria la identidad del rolo, se celebra el Día del Patrimonio en septiembre, consulte la página www.patrimoniocultural.gov.co